Con esta frase, Paulo Freire, nos muestra la importancia de darle un vuelco al aula tradicional y empezar a replantear la enseñanza.
Las necesidades educativas del alumnado están sufriendo modificaciones promovidas por los cambios que la sociedad actual está experimentando. La escuela del siglo pasado basaba sus metodologías en la memorización de contenidos. Esto, a día de hoy, se considera insuficiente, ya que los niños y las niñas tienen que saber utilizar esos contenidos aprendidos para poder resolver problemas que surjan en su vida cotidiana.
Hoy en día ha cambiado la forma que el alumnado tiene de llegar a la información. El profesor, antes, era quien poseía toda la información en el aula y éste era el encargado de transmitirla. Esto se ha visto modificado. La información está en todas partes: la televisión, Internet, libros, radio, compañeros, teléfonos móviles… El acceso se ha generalizado y democratizado, ya no es el docente el único poseedor de esta información, pero sí es el responsable de organizarla, de transmitir al alumnado cuáles son las fuentes y de promover una búsqueda activa y efectiva entre sus estudiantes.
Las metodologías de aprendizaje activo buscan que el niño sea el centro del proceso de enseñanza-aprendizaje, por lo tanto las estrategias de enseñanza tienen que orientarse a fomentar que los discentes abandonen un papel pasivo (escuchar únicamente al profesor/a) y adquiera un papel protagonista (crear proyectos, investigar, producir…).
Una buena propuesta es la generación de situaciones de aprendizaje en las que se fomente la búsqueda y la indagación guiada. Si lo combinamos con la el uso de las TIC y los beneficios que Internet aporta a la educación encontramos una buena herramienta pedagógica con la WebQuest.
Una WebQuest permitirá que los aprendizajes sean más duraderos y tendrá mayor calidad, ya que se pasa de una aprendizaje pasivo a uno totalmente activo, que pone al alumnado en el centro del proceso de enseñanza-aprendizaje. Esto modificará el rol del profesor, ya que se pasará de un estilo de enseñanza tradicional y directivo a un estilo de enseñanza basado en la orientación y guía del alumnado, respetando en sentido estricto el origen etimológico de la palabra educar (educare y ducere: sacar hacia fuera, extraer, guíar).